miércoles, 5 de noviembre de 2008

Mi primera vez

Estamos viviendo muchas primeras veces. Sí, la primera vez que hay un acto terrorista en un evento masivo; la primera vez que no hay un informe presidencial en años; la primera vez de una marcha nocturna contra la inseguridad; la primera vez que alguien que criminaliza la protesta social es recibido en un Congreso como Jefe de Estado, cuando quien es el Presidente Constitucional no tiene acceso; la primera vez que un hombre negro gobernará desde la Casa Blanca; y la primera vez que muere un Secretario de Gobernación y, en un accidente que provoca muertes y heridos.

Desde la semana pasada en mi mente no deja de saltar la frase que escribí en mi anterior comentario y que pertenece a Saramago, hoy lo reitero: “El mundo está hundido en la mierda y no se puede ser optimista; el que es optimista es estúpido o millonario”. El sentir popular es: “si eso le pasa al encargado de la seguridad nacional yo como ciudadano ¿a qué estoy expuesto?”. Simplemente sentimos que podemos ser heridos o lesionados físicamente porque moralmente ya lo estamos. Vulnerables, es la palabra, pero eso no debe tener el peso para echarnos las manos a la cara y sentarnos a esperar el fin, pues como dijo Leonardo Da Vinci: “El que no valora la vida no se la merece”.

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