lunes, 30 de junio de 2008

Conclusiones de mi vida

Si saco las conclusiones de mi vida, creo que todo o casi todo irá mejor, si recorro las historias ya vividas, siento cerca la presencia de mi Dios. Si recuerdo cada beso, cada abrazo y las manos que me brindan su calor, las mujeres que por mi cuerpo pasaron y la novia a quien le entregué mi canción…Si la muerte es el final de este camino agradezco tener lleno el corazón y si puedo sentir que nada he perdido cada recuerdo estará lleno de amor.

Así lo escribió el argentino Alejandro Lerner en su entrañable "conclusiones de mi vida" y es que efectivamente 'confieso que he vivido', he gozado y disfrutado cada momento que me han regalado. Me siento 'espléndidamente pleno', al final del día creo que no soy tan mala persona como me gustaría, si han quedado cosas pendientes pero no ha quedado de mí.

¿Qué coño hago solo nuevamente en una tarde de domingo? nada, si efectivamente nada, pero ¿qué es nada? Eso, no hacer nada, no tomar decisión, no asumir posturas, no hablar, no observar, no opinar, si acaso respirar porque inevitablemente así tiene que ser y qué siento: nada. Si, tal como lo dice su definición es un no ser, o carencia absoluta de todo ser. Que es el ser sino la existencia o la pertenencia y me doy cuenta que yo solo me pertenezco a mi ¡Que bueno!

Es tan cómodo estar sumergido en la nada. Me he pasado tanto tiempo tomando decisiones, asumiendo posturas, hablando, observando y opinando que lejos de lo que algunos puedan pensar que es algo doloroso, es una sensación absoluta de' ausentismo presencial' donde desde fuera de observas y te das cuentas de lo que eres, de tu origen y tu destino, no existe ni pena ni congoja.

Envuelto solo por mi olor, la limpieza de mis pisos y paredes me da –por primera vez en mi vida- ganas de tomarme fotos solo. Rodeado de mis cosas. De mi futón, de los tres bancos de la barra de 'mi bar', de mi pared roja que me recuerda aún estoy vivo y de los cuadros de Dalí, aquél genio que tan bien me cae. Todos objetos materiales ¿y las personas? No sé, ya tiene un par de días que no las veo. Se han olvidado de mí, y yo, hasta que escribo esto, me doy cuenta ¡Que curioso!

Pero no es algo patético, para nada porque no muevo ni agito ánimos vehementes, ni mucho menos desde fuera percibo dolor, tristeza ni melancolía, simplemente siento nada. Me rió de quienes me envidian –afortunadamente despierto a veces ese sentimiento en otros - al final ellos tienen alguien que seguro los necesita y yo sigo aquí solo, en esta hermosa soledad que tanto disfruto y que tan cara pagaré.

Rodeado por mi nuevo librero, unos quesos rancios, unas botellas de vino sin abrir y un par de tenis azules que solo me he puesto en alguna ocasión, siento mezcla de blanco y negro, si, gris.


Como si fuera la persona que nunca existió,
como alguien que fue perdiendo
fuerza
entusiasmo
voluntad.

Sí puedo hacer tanto
porqué no hago n
a
d
a
.
.
Auh…

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