sábado, 31 de mayo de 2008

¿En qué parte me perdí?

Una gota de sangre en MTV, un cadáver conectado a internet, Mona Lisa llorando en el jardín, un licor de cianuro, muera el futuro, pasado mañana es ayer...La soledad es la ecuación de la vida moderna. Fito Paéz

¿Desde cuándo tenemos que pagar para que alguien nos escuche? Desconozco en qué parte de la historia me perdí, cuando reaccioné mis conocidos utilizaban el nombre de su terapeuta como muletilla, no tomaban decisión alguna sino lo consultaban y para sentirse integrados a la sociedad se afilian a cualquier grupo de ayuda.

No sé si se trata de lo que llaman las soledades de las grandes ciudades o es el resultado de una sociedad que entre más avances tecnológicos tiene menos comunicación humana se da. Es preferible desnudar el alma en la red ante una persona que tal vez nunca conocerás, que hacerlo con un amigo o compañero de trabajo. Es más confiable “un cuate” de Sarajevo que mi vecino, probablemente porque nunca lo verán. Es más fácil pagar a alguien que te escuche a ganarte el espacio con alguien que en verdad te estime.

Al comentarle a una amiga lo sorprendido de cómo personas entre los 20 y 30 se vuelven cada día más dependientes a los consejos de paga o a los antidepresivos, ella me respondió: sí, verdad, eso no se veía antes, yo los tomo porque el doctor me los recetó pero no porque no pueda vivir sin ellos. ¡Joder...estaré en dimensión desconocida! pensé de revote.

Mientras platicaba “con amigos de una amiga” en su fiesta de cumpleaños, éstos enviaban saludos de gente que conocían y la pregunta común era ¿en qué grupo lo conociste?: “En los dependientes de Polanco”, en “los de autodestructivos de la Condesa” o en “los perdedores en la Narvarte”, "en los adictos de la red", ¡Puta madre, seré yo el que está mal! Pensé en más de dos ocasiones.

Una de las asistentes a la reunión preguntaba a otra ¿y cómo se ponen las reuniones de los dependientes, en Polanco? A lo que la otra le respondía “se ponen buenas, llega gente interesante” a lo que de inmediato la primera comentó “a ese grupo no he ido, a ver cuando me lanzo”.

La idea me empieza a dar vueltas en la cabeza y encuentro más preguntas que respuestas. El que en estos tiempos acuda a un terapeuta es entendible pero que no puedas vivir sin ellos es alarmante. El que otros lucren por escucharte puede ser la excepción, no la regla. Te pueden ayudar a salir de un bache pero no a estancarte en el mismo. El que te relaciones con otros con problemas similares puede resultar fortalecedor para tomar decisiones, pero que para tomar decisiones tengas que depender siempre de estar rodeado de ellos, es preocupante.

¿En qué parte me perdí? No sé, tal vez porque aprendí a caminar en la selva y me dejo llevar por el instinto no dependo de los demás para equivocarme. Tal vez he tenido tantos problemas profundos desde niño que a los actuales les otorgo la dimensión exacta o tal vez solo este equivocado. Concluyo que si esa es la tendencia, si es hacia donde vamos, pues ¡estamos jodidos! Si es una moda prefiero estar en el pasado. Si son nuevas normas, prefiero violarlas (a las normas, claro).

3 comentarios:

Nobel prize blogger dijo...

Querid@ Blogger.

Hemos dado inicio a las votaciones para el NPB WEEK JUN 2-9 (NOBEL BLOG DE LA SEMANA), es requisito par estar en nuestro sitio tener puesto el banner*NPB*. También ayuda para que tus visitantes sepan que estás nominad@..

Saludos y buena suerte

Nobel prize blogger dijo...

Querid@ blogger


Te informo que estás incluid@ esta semana en el RANKING para el NPB WEEK. Aun estás a tiempo de invitar a tus amigos y seguidores a votar

El estar nominad@ en NPB, te da la oportunidad de darte a conocer y crecer como blogger. Tienes toda la infinita mar cibernética para moverte y hacer campaña. Animo!!


Saludos nobeles

Juan Carlos Grajales Gómez
NPB-Manager

Geovanni dijo...

Este texto es claro ejemplo de nuestra comunicación, porque platico más contigo por aquí que en persona.

Yo no pertenezco a un grupo como esos... todavía. Jajajaja

Interesante punto de vista y muy realista.